La primera aparición de un deporte parecido al biatlón fueron las competiciones militares en la zona de Escandinavia en los siglos XVIII y XIX. Las competiciones organizadas por militares constaban de varias categorías como tiro con carabina mientras se esquiaba a alta velocidad, carreras de ascenso y descenso cargando un rifle y accesorios militares. A partir del siglo XX pasó a ser un deporte también practicado por civiles. En los Juegos Olímpicos de invierno de 1924 fueron agregados como deporte de exhibición, llamado en ese entonces «patrulla militar», y fue aceptado oficialmente como deporte olímpico en 1960 y en 1922 para su modalidad femenina. En 1958 se celebró el primer Campeonato Mundial de Biatlón y en 1984 las mujeres tuvieron sus propias competiciones.